jueves, 23 de enero de 2014



Uno de los últimos enigmas que rondan al hundimiento del Titanic fue resuelto recientemente, gracias a una prueba de ADN.

Resulta que a través de este test se confirmó que la mujer que clamaba ser Loreine Allison -una d las pasajeras del navío- no era quien afirmaba ser.

Se trata de Helen Kramer una mujer que años después del hundimiento del barco, señaló insistentemente ser Loreine Allison, cuyo cadáver y el de su madre nunca fueron hallados.

Es más, Kramer aseguraba que era hija de Thomas Andrews, diseñador del barco.




Hasta el día de su muerte, en 1992, la mujer aseguró que lo dicho era verdad. Es más, su nieta, Debrina Woods, inició el año pasado una campaña para que le reconozcan los derechos de su abuela.

La iniciativa tuvo eco en las redes sociales y hasta se creó una web titulada “El último misterio del Titanic”, donde se contaba esta historia.

Finalmente, se realizaron las pruebas genéticas del caso y los resultados arrojaron que ni Helen ni Debrina tenían parentesco alguno con la familia Allison.


Pese a las pruebas, Woods insiste en que la veracidad de la historia de su abuela y niega estar interesada en la fortuna de esta acaudalada familia.

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